lunes, 25 de febrero de 2013

EL PLACER DE LA INTIMIDAD

EL PLACER DE LA INTIMIDAD


Pocas personas son conscientes de que en una relación sexual no sólo se da el inmenso placer fisiológico de la excitación, del funcionamiento gozoso de nuestros genitales, del placer de un potencial orgasmo.

También se da (naturalmente si la relación personal es mínimamente positiva) el placer de una cierta intimidad entre las dos personas que participan en ese encuentro sexual.

Intimidad porque me dejo llevar por tus caricias, porque me permito dejarte ver mi excitación, porque me permites descubrir tu cuerpo, porque durante unos minutos, o unas horas, tú eres el centro de mi universo, y yo el del tuyo. Porque ser acariciado es sentirse cuidado, vivir algo que sólo tú y yo estamos viviendo en este instante, es darte y que me des lo que estoy deseando. Es satisfacer una de las necesidades humanas más importantes SENTIR INTIMIDAD CON ALGUIEN.

Naturalmente esto no se da en la misma medida en una relación afectiva profunda que entre una pareja que se está conociendo, o que en un ligue puntual. Pero se da.

Si sólo miramos la excitación y la descarga orgásmica la verdad es que poca diferencia habría con el hecho fisiológico de masturbarnos.

Muchas personas tienen miedo a la intimidad, huyen de ella, les produce la sensación de estar en peligro. Esto suele deberse a experiencias o expectativas traumáticas en el pasado. No necesariamente en el ámbito sexual sino en el de la intimidad en general, con la familia, los amigos, etc.

Perderse la experiencia de estar íntimamente con los demás, ya sea o no de forma sexual, es una de las pérdidas más tristes y limitadoras que puede tener una persona en el ámbito psicológico. Si así es, solucionarlo es vital para ser felices.

Esteban Cañamares
Psicólogo clínico y sexólogo Madrid
www.epecpsicologos.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario