martes, 26 de febrero de 2013

CAUSAS DE OBESIDAD 1º

Cuando de manera más o menos permanente, la balanza de nuestra vida se inclina del lado de las insatisfacciones, necesitamos reponer en lo posible el equilibrio perdido. Nuestra salud psicológica, y hasta física, lo requiere.

En tres grandes áreas de la vida suelen encontrarse las mayores insatisfacciones (también las mayores satisfacciones):

. La relación con las demás personas. Tanto en el ámbito de la familia de origen, como de la pareja o de las amistades. En definitiva el mundo de los afectos.

. La vida sexual. Ya se trate de la ausencia de relaciones, como de que éstas sean regularmente insatisfactorias. Cuando las relaciones sexuales son plenas y sin conflictos, nos deparan no sólo placer, sino también sentimientos positivos de ser deseados y de autovaloración. Físicamente nos valoramos más alto. Eliminamos infinidad de tensiones y malos humores.

. El trabajo. O lo que constituya nuestro quehacer en la sociedad.

Son varios también los placeres o satisfacciones que podemos exagerar con tal de suplir las carencias en estos u otros apartados, uno de ellos es el placer de comer.

Por más que muchas personas con problemas de obesidad sientan como una tortura todo lo relacionado con la alimentación, pues en torno a ella giran sus sentimientos de culpabilidad, lo cierto es que en un primer momento el comer es un placer.

Evidentemente, aquellas personas que con conciencia o sin ella, de manera regular, exageran el placer de comer como forma de compensar insatisfacciones permanentes en alguna de las grandes áreas antes mencionadas, (o en otras menores), antes o después suben de peso.

No es infrecuente, el caso de personas que engordan al exagerar el placer de comer debido a una etapa de insatisfacción en algún aspecto de su vida, que consiguen rebajar peso al ponerse a régimen cuando se restablece su equilibrio y están más satisfechas, y que vuelven a engordar cuando de nuevo se pierde.

Es inmensamente importante tomar conciencia de estos mecanismos de compensación, básicamente por dos motivos. Uno porque de esta manera podemos planificar un régimen en el momento más oportuno, es decir, cuando la satisfacción obtenida en el conjunto de nuestra vida es suficientemente alto. Dos, y fundamentalmente, porque podemos, como una gran herramienta contra el sobrepeso y la obesidad, luchar contra la insatisfacción en el terreno en que la padezcamos, o al menos, compensarla de manera distinta, y no ya comiendo.


ESTEBAN CÑAMARES
www.epecpsicologos.com
Madrid
Psicólogo Clínico y Sexólogo

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