martes, 26 de febrero de 2013

DEFINICIÓN DE SEXUALIDAD

Desde el nacimiento tenemos por naturaleza el deseo de ser tocados y acariciados; véase si no cómo a los recién nacidos les resulta sumamente tranquilizante y agradable el hecho de que se les coja en brazos y se les acaricie.  Ese deseo, ese "placer", se mantiene a lo largo de toda la vida,

                                                      
Y cuando el desarrollo biológico lo posibilita, esa sensación  agradable puede (no necesariamente) convertirse en lo que llamamos excitación, es decir, en un estado de profunda alteración, con cambios fisiológicos y psicológicos y un evidente deseo de continuar con ese contacto piel con piel.

   A veces (pero no necesariamente), ese estado de gran excitación puede llevarnos a sentir la gran sensación de placer físico que llamamos orgasmo.
  
   A veces (pero no necesariamente) esta relación interpersonal puede dar como fruto la llegada de un nuevo ser, es decir, puede provocar uno de los actos de más trascendencia para la especie humana: la procreación, que es también una de las experiencias psicológicas más profundas que pueda tener una persona.
  
   Es evidente que la procreación sólo puede darse en la relación entre dos personas de diferente sexo, pero esto no quita la posibilidad de que esa relación placentera, piel con piel, se dé entre personas del mismo sexo, constituyendo lo que llamamos homosexualidad, ya sea masculina o femenina.
  
   Por otra parte, la experiencia de ser acariciado y de recibir placer también puede ser experimentada por el individuo en solitario, consigo mismo, en lo que conocemos como masturbación.

   Encontramos así que el concepto de sexualidad transciende al de "acto sexual" y puede ser visto como un componente esencial de la personalidad y del comportamiento humano.

   La sexualidad es el resultado de la interacción que cada persona establece entre el componente biológico, el instinto sexual heredado y otros factores, tales como las actividades familiares, creencias y educación.  Por lo tanto, no puede hablarse de una sexualidad común para todos los individuos, sino de una sexualidad personal, sentida, pensada y vivida de forma individual.

En definitiva:
La sexualidad es un componente natural del ser humano, que tiende a la reproducción, pero utilizable igualmente para la obtención de placer, y que es moldeado por aspectos educativos y por vivencias individuales, especialmente por las familiares.

ESTEBAN CAÑAMARES
PSICÓLOGO CLÍNICO Y SEXÓLOGO
COLEGIADO M-09659

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