lunes, 15 de abril de 2013

¿Valdría como psicólogo/a? Test

Esteban Cañamares, Psicólogo Clínico y Sexólogo, Colegiado M-09659, identificable en el Colegio de Psicólogos de Madrid y en su página Web www.epecpsicologos.com te da la oportunidad de acercarte a la psicología y a la sexología de manera seria, evitando el intrusismo profesional, hacer preguntas y leer mini-artículos sobre temas que pueden interesarte. Se compromete a contestar a tus preguntas o comentarios, con absoluta confidencialidad,  si los remites a epecpsicologos@hotmail.com. También puedes hacer tus comentarios o tus preguntas de manera pública en esta página.
¿VALDRÍA COMO PSICÓLOGO?
Entender a otras personas en sus conflictos más íntimos y ayudarlas a encontrar salidas  que mejoren  su calidad de vida no es sólo cuestión de ciencia y preparación, también lo es de empatía, de flexibilidad personal, y de sentido práctico. El presente test intenta ver en qué medida tienes estas características  y vales para ser un buen psicólogo/a. Contesta sin pensar de manera lógica.

1)      Cuando ves en televisión desastres humanos provocados por injusticias, tal como guerras, desalojo de chabolas, etc. Tu atención se centra sobre todo:

a)      En el sufrimiento humano que soportan las personas implicadas
b)      En las condiciones económicas y políticas que lo han provocado

2)      El dicho “gato blanco, gato negro, lo importante es que caze ratones” siempre te ha parecido:

a)      Muy útil, lo importante es solucionar los problemas
b)      Una cierta simpleza. La vida es mucho más compleja


3)      En tu vida has dado:
a)      Más de un “golpe de timón” para salir de situaciones y resolver problemas
b)      Cambios graduales, pensados, y con un previo estudio de las consecuencias


4)      Si tienes que prepararte algo para comer y dispones de poco tiempo:
a)      Sales del paso preparándote cualquier cosa
b)      Prefieres no comer antes de hacerlo mal


5)      Cuando un familiar o un amigo se derrumba:
a)      Primero le consuelas, luego le preguntas
b)      Primero te informas de qué le pasa, luego le consuelas

6)      Cuando recibes información discordante con la que tenías:

a)      Escuchas y aprendes
b)      Analizas críticamente lo que recibes, algo falla

7)      Cuando alguien que ha vivido circunstancias muy distintas a ti te cuenta algo:
a)      Puedes imaginarte lo que ha vivido poniéndote en su lugar
b)      Eres prudente, no has vivido sus circunstancias y por tanto no puedes opinar aún

8)      Cuando dos allegados opinan de manera contradictoria tiendes a:

a)      Buscar el punto medio, seguramente ambos tienen algo de razón
b)      Sopesar los argumentos de cada uno, uno de ellos debe estar equivocado

9)      Contradecirte  a ti mismo por encontrar salida a alguna situación difícil:
a)      Te cuesta pero lo haces. Lo primero es dar solución al problema
b)      Casi nunca lo haces. Antes o después el problema podría ser mayor

Mayoría de A:
Es posible que te costase completar con buenas notas la carrera de psicología. Pero seguramente serías, ya en la práctica profesional, un buen psicólogo/a que alcanzaría el objetivo fundamental de entender y solucionar los problemas de tus pacientes.
La razón de lo anterior es que tus respuestas parecen indicar que no eres una persona muy sistemática en tu funcionamiento (malo para realizar estudios formales) pero que sí tienes capacidad de empatía como cuando “primero piensas en el sufrimiento de las personas implicadas”, sentido práctico como cuando “sales del paso preparándote cualquier cosa” y demuestras flexibilidad como al contestar que ante una situación difícil el contradecirte “Te cuesta pero lo haces”

Mayoría de B:
Posiblemente serás un buen estudiante de psicología, completarás los estudios con buenas notas, y no te supondrán los años de universidad una especial carga. El motivo es que pareces una persona analítica como cuando respondes que  “Analizas críticamente lo que recibes, algo falla “  y con predominio de lo intelectual por lo que ante situaciones delicadas eliges respuestas como “Primero te informas de qué le pasa, luego le consuelas”
Pero es muy probable que te cueste mucho más el ejercicio profesional donde viene bien una buena preparación teórica pero es más importante aún el sentido de la empatía, la flexibilidad, y el sentido práctico.

lunes, 8 de abril de 2013

ATAQUES DE PÁNICO EN EL ACTO SEXUAL

Hay personas que tienen la muy desagradable experiencia de ver como su ansiedad se dispara bruscamente en pleno acto sexual. Taquicardias, sudoración, sensación de ahogo, miedo a morir, perdida de toda excitación, angustia... son síntomas de aparición súbita que duran unos minutos y que si de ocurrir en dos o más relaciones sexuales dejan al sujeto y a su pareja sin ninguna gana de otra experiencia sexual.

La ansiedad es una manera natural de prepararnos para hacer frente a un peligro, pero cuando aparece de esta manera brusca e injustificada (aparentemente) hay que tratarla con ayuda de los especialistas. La ayuda del psicólogo es imprescindible, en ocasiones también la del psiquiatra y sus medicamentos.

El psicólogo averiguará que es lo que teme el paciente, inconscientemente desde luego pero algo teme. Pudiera tratarse de una combinación de factores, por ejemplo algunos de estos:

. Miedo a fantasías de relación sexual con familiares

. Horror ante la posibilidad de hacerlo mal y ser repudiado, recibir burlas y ser abandonado

. Aparición de fantasías homosexuales no bien entendidas y "digeridas"

. Presentación de recuerdos de violación u otras formas de violencia

. Impulsos violentos que amenazan con adquirir fuerza en la relación sexual y desbordar los mecanismos habituales de defensa del sujeto

. Etc.

Averiguado el trasfondo último de los ataques de ansiedad, el profesional graduará la experiencia sexual del paciente de manera que vaya acercándose a la situación temida, quizás con la ayuda de ejercicios de relajación.

El disfrutar sanamente nos está permitido, el aguantar sufrimientos que pueden solucionarse además de innecesario es absurdo.

Esteban Cañamares
Psicólogo y Sexólogo
Colegiado M-09659
Tf.  680 133 864
Madrid

miércoles, 3 de abril de 2013

IGUALDAD HOMBRE-MUJER (II)

Las mujeres, como cualquier otro grupo social, en cualquier cultura, en cualquier momento histórico, casi diría que como cualquier persona, sólo han reivindicado cambios en las costumbres, en las normas, en los procesos mentales, que les son lesivos, no han demandado cambio alguno en aquello que les es beneficioso.

Es un clamor entre los hombres que existen aspectos del funcionamiento social que les son  gravemente e injustamente dañinos. Como pasaba hace décadas con las reivindicaciones femeninas no se atreven a exponerlas, si lo hiciesen caería sobre ellos una gran cantidad de incomprensión social y de burla en su entorno inmediato, pero basta con que alguien les dé pié para que salgan a borbotones estas reivindicaciones.

Personalmente pude, al doblar una esquina, observar una acalorada discusión entre un hombre y una mujer. Ambos se insultaban con calificativos no reproducibles en ambientes cultos, se zarandean mutuamente. Los transeúntes se arremolinaron a su alrededor, los más valientes procedieron a su separación. Ni la edad ni el aspecto exterior decían nada de particular de los protagonistas de esta historia. Finalmente la mujer se fue mientras el hombre,  rodeado de conciudadanos, intentaba explicar lo sucedido...

Imagínese lector la situación que se acaba de describir. Una gran parte de los hombres y la práctica totalidad de las mujeres, en una situación como esta,  que ha sido vivenciada en persona por el autor, se hacen preguntas o sienten estados de ánimo como los que se describen a continuación:

-          ¿Qué le habrá hecho? (él a ella)
-          Pobre mujer
-          Cómo abusan de las mujeres por ser las más débiles
-          Hay que ayudarla, que vergüenza

Y otras parecidas de apoyo, pena, y solidaridad hacia la mujer.

¡Pero si me ha robado la cartera! Exclamó el pobre hombre mientras la carterista huía con la complicidad no intencionada de una ciudadanía que había dado por supuesta la culpabilidad del macho. Al llegar la policía, se corroboró que en esa zona efectivamente “trabajaba” un grupo organizado de delincuente de poca monta y mucho disgusto para sus víctimas. La descripción de la carterista coincidía con la aportada por otras de sus víctimas.

¿Por qué ante la falta de indicios presuponer la culpa del varón? Esta presunción de culpa le es lesiva a los hombres. Se detecta no sólo en conflictos callejeros como el del ejemplo, también en los conflictos conyugales, en los divorcios, en las disputas sobre cómo educar a los hijos, etc. Ya sabemos que la mujer no es menos inteligente que el hombre, ahora hay que aprender que el hombre no es más malo que la mujer.
                
No sólo es la presunción de culpa para el varón, también el hecho de que se pida, con razón, que sea co responsable en el cuidado de los hijos al tiempo que se considera normal que sea un segundón afectivo para ellos respecto de la madre, o por poner otro ejemplo, que se le señale como el responsable de que la pareja no disfrute sexualmente, o que siga pesando más (en general) la familia de ella que la de él. Por otro lado nada se habla de los malos tratos psicológicos de la mujer al hombre, o de las condiciones laborales y de crianza que provocan que los hombres vivan 6,5 años menos de media que las mujeres sin que haya explicaciones genéticas más allá de uno o dos años.

Sé que es un tema demasiado largo como para abordarlo en un miniartículo. Pero para animar al lector a meditar sobre el tema y de paso provocar que lo haga con una sonrisa aquí dejo un chiste sacado de la vida real que expresa cuanto debemos seguir avanzando en la verdadera y total igualdad hombre mujer.

Se encuentran dos mujeres en la calle, y mantienen la siguiente conversación

Mujer A: ¿Qué tal estas María, qué tal la familia?

Mujer B: Bien, gracias.

Mujer A: ¿Se casaron por fin tus hijos?

Mujer B: Sí, gracias a Dios, ya los tengo casados

Mujer A: ¿Y qué tal les va?

Mujer B: Pues la verdad, a mi hijo no muy bien

Mujer A: ¿Por qué?

Mujer B: Ha tenido mala suerte con su suegra; todo el tiempo tiene que estar a su servicio,  si va  a la compra mi hijo tiene que ayudarla, si va al médico mi hijo la lleva en coche, y cada dos por tres está ella en casa de los chicos comiendo.

Mujer A: Vaya que mala suerte, y a tu hija ¿qué tal le va en el matrimonio?

Mujer B: Fantástico, ha tenido mucha suerte con el chico, tengo un yerno fenomenal, si voy a la compra me ayuda, si tengo que ir al médico o a cualquier sitio se ofrece a llevarme en el coche, y no hacen más que invitarme a comer.

Esteban Cañamares
psicólogo clínico y sexólogo
colegiado M-09659
www.epecpsicologos.com