sábado, 16 de marzo de 2013

VAGINISMO


     El vaginismo consiste en la contracción involuntaria de los músculos de la vagina, de manera que la penetración del pene se convierte en algo difícil o incluso imposible.
    
     Debe entenderse con claridad que se trata de algo involuntario, de un acto reflejo, igual que el que se produce cuando alguien nos sopla en los ojos e involuntariamente los cerramos.
    
     Esta dificultad sexual tiene la mayoría de las veces  un origen psicológico y de mantenerse puede causar graves problemas en la pareja, pues no sólo impide el desarrollo del acto sexual, sino que puede producir en el hombre la sensación de rechazo y en ambos miembros de la pareja la idea equivocada de ser incompetentes en el terreno sexual.

     Esta disfunción  femenina es más frecuente en las primeras relaciones, y detrás de ella encontramos con frecuencia actitudes hostiles hacia la sexualidad, debidas a una educación paterna muy restrictiva. Es como si en el fondo la persona siguiese viendo las relaciones sexuales como algo sucio y pecaminoso.

     Otras veces se debe a experiencias sexuales traumáticas, como puedan ser violaciones o algún tipo de abuso deshonesto ocurrido en la infancia o en la adolescencia y del que la mujer ha perdido en parte el recuerdo.

     También podría tratarse de miedo a no comportarse  correctamente en el encuentro sexual o simplemente un profundo miedo al embarazo, (incluso aunque se esté usando algún anticonceptivo).

     Otra causa puede ser la repulsa inconsciente hacia el compañero sexual, o simplemente puede consistir en un intento por parte de la mujer de no ser tratada como objeto sexual.

     Aunque estamos ante una de las disfunciones, en las que el profesional de la psicología consigue más éxito, debo aconsejar que la primera forma de intentar superar este problema sea la de usar grandes cantidades de comprensión y de diálogo dentro de la pareja.

     Recordemos una vez más que se trata de una contracción involuntaria, que posiblemente se deba a la experiencia de haber pasado por un acontecimiento doloroso, por lo que de adoptar la postura contraria, es decir la exigencia y la insistencia en llevar a cabo el acto sexual, posiblemente lo único que obtengamos sea que el problema se haga más persistente y que las relaciones de  pareja se vayan deteriorando.


     De aparecer esta dificultad sexual tras una prolongada etapa de funcionamiento normal, deberíamos intentar recordar qué acontecimientos han podido ocurrir últimamente y que puedan estar influyendo en nuestra valoración de la sexualidad y/o de la pareja, y de no encontrar nada significativo deberíamos acudir a un ginecólogo que descartase o tratase problemas de su competencia, como pudiera ser una infección vaginal; (la visita al ginecólogo debe ser siempre la primera medida a tomar para que éste médico compruebe que todo está bien a nivel orgánico)

     No debemos confundir el vaginismo con la falta de lubricación vaginal producto de una falta de juego erótico. Esta falta de juego erótico es frecuente en muchas parejas que sólo valoran la penetración o que adoptan para ambos miembros el modelo de funcionamiento masculino, es decir de excitación rápida, sin darse cuenta que la mujer suele tener un ritmo más lento de excitación.


                  ESTEBAN CAÑAMARES MEDRANO
                 PSICOLOGO CLINICO Y SEXOLOGO
                      Colegiado M-09659
MADRID

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