miércoles, 27 de marzo de 2013

INCESTO

Hay personas que han tenido la triste experiencia de sufrir abusos sexuales por parte de algún familiar. Estos abusos pueden haber ocurrido incluso sin contacto. Pueden haber consistido en una actitud seductora por parte del adulto, o haber sido obligados a presenciar el acto sexual de los padres, exponerle al niño / a a  ver pornografía...

   Estos pacientes suelen padecer problemas del tipo: disfunciones sexuales varias (Anorgasmia, Falta de deseo), miedo al sexo, disociación mente-cuerpo, etc... Además de las repercusiones sexuales está la posibilidad de que haya otras, tal como depresión, conducta adictiva a substancias, comportamiento exagerado y abusivo en varios ámbitos, baja auto – estima, trastornos de personalidad, confusión de roles,.

 El compañero íntimo de estas parejas suele ser considerado como la segunda víctima del incesto.


-          Lo han padecido 1 de cada 6 niñas y 1 de cada 10 niños.


- Un síntoma de que puede haber existido situación incestuosa es la de agresividad ante las demandas sexuales del cónyuge, miedo al sexo,...


- La unión emocional con el miembro de la familia que participa en el incesto está contaminada por el secreto y por un sentimiento de impotencia y desvalimiento. Además el niño es convertido en objeto sexual, se siente manipulado y no respetado.


- El abuso a menores y el incesto arrebata a la víctima el derecho y la oportunidad de tener la experiencia sexual por propia elección, bajo su control, de auto explorarse y de vivenciar lo sexual a su propio ritmo.


- Las disfunciones más frecuentes entre quienes han recibido abusos son: falta o disminución de excitación,  falta de orgasmo, miedo al sexo.


- Algunas veces también puede haber una hipersexualidad, una actividad promiscua que algunos autores entienden como una forma de reafirmar su poder y control frente a los hombres. (O mujeres, si es un hombre), esta promiscuidad frecuentemente iría asociada a abuso de alcohol y otras substancias, (sería el caso de muchas prostitutas, que sufrieron abusos de pequeñas)


- La gravedad de las disfunciones dependerá de la conducta sexual vivida en la infancia ¿caricias corporales? ¿Caricias de genitales? ¿Penetración de algún tipo? ¿Hubo violencia física? etc... La gravedad también dependerá de la edad de la víctima, del número de veces,  grado de alteración mental del ofensor,

- Olores, sonidos, determinados ambientes,... pueden hacer que se disparen los recuerdos de los abusos o situaciones incestuosas vividas, y pueden hacer “difícil” que la víctima “se dé cuenta” de que su compañero sexual actual no es el ofensor.


- Las “técnicas” que un día sirvieron a la víctima para hacer frente a la situación de abuso o incesto pueden aparecer automáticamente en el presente dificultando la experiencia sexual gratificante. Por ejemplo puede aparecer un proceso de disociación mente cuerpo, o la sensación de “anestesia local” por la cual “no sienten” lo que ocurre en sus genitales u otras áreas sensibles de su cuerpo.


- Puede haber una gran confusión acerca de cuál fue su papel en aquellos acontecimientos, dado que sus órganos sexuales pudieron responder (erección, lubricación, etc.). Estos pacientes necesitan saber que sus cuerpos reaccionaron como era natural que lo hicieran, que sus terminaciones nerviosas no distinguen quién las está tocando o la situación en la que está ocurriendo, simplemente responden.


- La culpa, el miedo, la vergüenza, la desesperanza sentidas en aquél momento pueden quedar condicionadas a la situación sexual.


- A veces pueden vivir el sexo como algo que puede darse, tomarse, manipularse como un objeto o una mercancía. Algo que puede usarse para conseguir cosas.


- Algunas mujeres con experiencias homosexuales pueden haber iniciado este camino como forma de eludir los miedos asociados a una relación con un varón.


- La pareja ideal para una terapia tendría las siguientes características:

1.      Fuerte vínculo entre ellos
2.      Disfrutar del contacto no sexual
3.      Deseo mutuo de cambio

La ausencia de estas características pone más cuesta arriba la terapia.

  
Esteban Cañamares
Psicólogo clínico
Colegiado m-09659

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