Hay personas que tienen la muy desagradable experiencia de ver como su ansiedad se dispara bruscamente en pleno acto sexual. Taquicardias, sudoración, sensación de ahogo, miedo a morir, perdida de toda excitación, angustia... son síntomas de aparición súbita que duran unos minutos y que si de ocurrir en dos o más relaciones sexuales dejan al sujeto y a su pareja sin ninguna gana de otra experiencia sexual.
La ansiedad es una manera natural de prepararnos para hacer frente a un peligro, pero cuando aparece de esta manera brusca e injustificada (aparentemente) hay que tratarla con ayuda de los especialistas. La ayuda del psicólogo es imprescindible, en ocasiones también la del psiquiatra y sus medicamentos.
El psicólogo averiguará que es lo que teme el paciente, inconscientemente desde luego pero algo teme. Pudiera tratarse de una combinación de factores, por ejemplo algunos de estos:
. Miedo a fantasías de relación sexual con familiares
. Horror ante la posibilidad de hacerlo mal y ser repudiado, recibir burlas y ser abandonado
. Aparición de fantasías homosexuales no bien entendidas y "digeridas"
. Presentación de recuerdos de violación u otras formas de violencia
. Impulsos violentos que amenazan con adquirir fuerza en la relación sexual y desbordar los mecanismos habituales de defensa del sujeto
. Etc.
Averiguado el trasfondo último de los ataques de ansiedad, el profesional graduará la experiencia sexual del paciente de manera que vaya acercándose a la situación temida, quizás con la ayuda de ejercicios de relajación.
El disfrutar sanamente nos está permitido, el aguantar sufrimientos que pueden solucionarse además de innecesario es absurdo.
Esteban Cañamares
Psicólogo y Sexólogo
Colegiado M-09659
Tf. 680 133 864
Madrid
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