lunes, 22 de julio de 2013

HOMOSEXUALIDAD

Excepto en las culturas clásicas griega y romana, que la contemplaron con cierta tolerancia, la homosexualidad ha sido uno de los comportamientos más condenados e incomprendidos a lo largo de la historia.
El judaísmo castigaba con la muerte a los hombres que eran sorprendidos manteniendo relaciones homosexuales.
La Iglesia Católica comenzó a condenar la homosexualidad en los escritos de San Agustín y Santo Tomás de Aquino, quienes afirmaban que los actos sexuales no destinados a la procreación eran "contra natura" (contrarios a la naturaleza), y por tanto pecado.  Además de los herejes y los brujos, los homosexuales también fueron duramente perseguidos por la Inquisición.

  A principios de los 80, cuando la homosexualidad empezaba a ser considerada con más tolerancia y comprensión, un suceso en forma de enfermedad, el SIDA, (síndrome de Inmunodeficencia adquirida) vino a deteriorar el clima de aceptación que se estaba configurando.

  NO HA PODIDO COMPROBARSE NINGUNA DIFERENCIA FISIOLÓGICA O ANATÓMICA ENTRE HETEROSEXUALES Y HOMOSEXUALES, (ya sea a nivel microscópico, macroscópico, bioquímico o endocrinológico).

  Aunque hay muchas teorías sobre el origen de la homosexualidad, ninguna de ellas es compartida por el conjunto de la comunidad de especialistas.

  Mencionaré a modo de ejemplo dos de las más conocidas.

TEORÍAS CONDUCTISTAS

  Para esta Escuela psicológica, la homosexualidad es una cuestión de aprendizaje.  Este aprendizaje está producido por las consecuencias positivas o negativas que han seguido a actividades o imaginaciones sexuales, especialmente durante la pubertad  y la adolescencia.

  La conducta homosexual es reforzada (alentada) porque el individuo ha tenido contactos placenteros y gratificantes con personas del mismo sexo, y/o porque sus relaciones heterosexuales han sido desagradables y frustrantes.  El cambio de orientación sexual en adultos también se explicaría por este mecanismo.
                                                  TEORÍAS PSICODINÁMICAS

  Consideran que en todas las personas hay tendencias tanto heterosexuales como homosexuales, y que el decantarse hacia una u otra tendencia dependerá de determinadas circunstancias.

  Como ejemplo de estas circunstancias mencionadas, y haciendo referencia a los varones, podría tratarse de las siguientes situaciones:

1) Una excesiva y predominante fijación con una figura femenina, ya se trate de la madre o de cualquier otra sustituta, puede conducir al niño a asumir las mismas actitudes e intereses que ella, incluído el gusto por los hombres.

2) Miedo a los deseos heterosexuales dirigidos inconscientemente hacia la madre, lo que produciría una gran ansiedad.  Esta ansiedad sería luego vivida con el conjunto de las mujeres, ya que todas ellas reactivarían esos deseos incestuosos, lo cual dejaría las relaciones homosexuales como las únicas posibles.

  Muy posiblemente, ni estas ni otras teorías tengan suficiente poder explicativo de la homosexualidad, siendo más correcto en mi opinión el aprovechar las diferentes aportaciones (sin olvidar también el papel de las hormonas en las etapas de desarrollo infantil) y aplicarlas en su conjunto al caso concreto y personal que queramos entender.

  Debemos rápidamente hacer la distinción entre la homosexualidad ego-sintónica, es decir, la aceptada por el individuo y que no le causa malestar, ni por tanto deseos de cambiar, y la homosexualidad ego-distónica, es decir, la no aceptada por la persona y que por lo tanto le genera malestar y deseos de cambio.  Sólo en este último caso puede ser objeto de atención por parte de un especialista.

Esteban Cañamares
Psicólogo Clínico y Sexólogo
Colegiado M-09658
Madrid
www.psicologoestebanc.webnode.es

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