lunes, 17 de junio de 2013

CAUSAS OBESIDAD (II)


Al margen de consideraciones médico pediátricas, desde mi punto de vista de psicólogo, el destete debería producirse en un momento que contemplase estos mínimos requisitos:

A)    Que con este cambio no coincidan otros tal como el ingreso en una guardería, o el cambio de domicilio.

B)    Cuando podemos apreciar que el bebé cuenta con su madre más allá del momento de mamar, es decir, cuando la reconoce rápidamente, cuando con ella se siente especialmente relajado y satisfecho, y se relaciona con ella mediante otros sistemas al margen de la alimentación, por ejemplo con su sonrisa o gestos con los ojos.

C)    Cuando admite bien los primeros zumos o papillas.

D)    Que sea un tránsito gradual.

En todo caso, habrá que evitar las absurdas y lamentables luchas que se pueden observar entre algunas madres y sus hijos pequeños, a la hora de la alimentación. Me refiero a esas escenas en las que la madre insiste en una cucharada más, en otro yogur, en un poco más de leche, mientras que el niño da muestras sobradas de no querer comer más, a lo que la madre reacciona con ansiedad, sujetándolo aún más fuerte, introduciendo el alimento en la boquita del pequeño con más contundencia, a lo que éste contesta con lloros, expulsando el alimento, y la madre con más desesperación.

Este comportamiento materno puede estar ocasionado por muchas cosas, una de ellas por desinformación sobre lo que su niño necesita realmente, otra por sentimientos de no ser una madre competente por lo que se aspira al menos a que el hijo esté bien alimentado, exagerando su papel de madre alimentadora, y a veces por ocultos e inconfesables sentimientos contrarios hacia el hijo o hija, especialmente cuando no fue realmente deseado o deseada.

Lo que puede ser realmente grave en este periodo, es que el pequeño sólo sea atendido, cuidado, mimado, que sólo tenga contacto con su madre, o muy especialmente, cuando es alimentado. Si esto ocurre, el niño asociará que la satisfacción de sus necesidades de relación, que la presencia de su madre, que el sentir el contacto con una piel humana, viene indefectiblemente de la mano de la comida.

Se trata de casos de madres alimentadoras, pero sólo alimentadoras, que no han dado o no han podido dar al hijo aquello que necesitaba al margen de la comida. En el futuro, este niño o niña, tendrá tendencia a llenar sus posibles vacíos afectivos, a base de comer. Asi su tendencia a la obesidad estará casi garantizada.

Esteban Cañamares
Psicólogo Clínico y Sexólogo
Colegiado M-09659
www.psicologoestebanc.webnode.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario